El conocimiento del suelo, de sus características y aptitudes, así como de su distribución geográfica dentro de un área, es fundamental para planificar racionalmente su uso. La finalidad de las cartas de suelos es, precisamente, divulgar conocimientos sobre las propiedades de los suelos y mostrar su distribución, clasificar cada tipo de suelos presentes de acuerdo a su aptitud de uso y dar a conocer las normas generales para su manejo y conservación.

El presente estudio está destinado principalmente al productor agropecuario, con el propósito de ayudarle a conocer mejor sus tierras y contribuir a que las maneje en forma adecuada, aumentando su nivel de aprovechamiento. También esta dirigida a los extensio-nistas y agrónomos para que las utilicen en sus tareas de divulgación, asesoramiento y manejo de campos, a los ingenieros civiles e hidráulicos para sus proyectos de construcción de caminos, edificios y otras estructuras para las cuales deben poseer datos sobre propiedades de los suelos.

La información suministrada por las Cartas de Suelos permite, además, su interpretación con otros importantes fines, entre ellos:

1) Determinar la capacidad de uso de los suelos y estimar su productividad bajo determinados niveles de manejo.
2) Planificar el uso racional del suelo a distintos niveles (regional, subregional y predial), permitiendo adecuar las prácticas de manejo y conservación que exigen las distintas clases de tierras, para una mayor y sostenida productividad agrícola.
3) Dar las bases para la investigación y experimentación agropecuaria, permitiendo la extrapolación de resultados experimentales dentro y fuera del país.
4) Establecer criterios técnicos para la administración del crédito y para la definición de políticas agropecuarias, crediticias, impositivas y de colonización.
5) Determinar las áreas de recuperación económica afectadas por erosión, salinidad, alcalinidad, drenaje deficiente, etc.

La Carta de Suelos de la República Argentina está destinada a conocer los resultados de los estudios de campo, gabinete y laboratorio efectuados en un área, presentándolos en forma de textos explicativos y de mapas a escalas diversas.

Este informe contiene la Carta de Suelos, separadas en cuatro fotocartas (Mapas con fondo fotográfico) y un texto explicativo, correspondiente a la hoja 3363-4 — POZO DEL MOLLE del Instituto Geográfico Militar. Dicha hoja cubre una superficie de 1.721 km2 comprendida entre los paralelos 32° 00’ y 32° 20’ de latitud sur y los meridianos 62° 30’ y 63° 00’ de longitud oeste, y abarcando parte de los departamentos Río Segundo, San Justo, Unión y Gral. San Martín.

Las fotocartas tienen una escala aproximada de 1:50.000 y representan áreas correspondientes a las hojas, a la misma escala del Instituto Geográfico militar denominadas 3363-4-1 “Pozo del Molle”; 3363-4-2 “Ea. Leoncita”; 3363-4-3 “Silvio Pellico” y 3363-4-4 “Cintra”. La situación relativa de estas cartas con respecto a la división política se puede observar en la Figura 2.

Dentro de la superficie abarcada por la Hoja POZO DEL MOLLE, no existían antecedentes de cartografía de suelos. Los materiales básicos usados para la cartografía de suelos fueron fotografías aéreas á escala 1:20.000 del año 1966; los mosaicos aerofotográficos semi-apoyados a escala 1:50,000 y las hojas topográficas a escala 1:50.000 y 1:100.000 del I.G.M. La metodología empleada incluye la fotointerpretación y los procedimientos de reconocimiento y caracterización de suelos en el campo tal como se describen en las NORMAS DE RECONOCIMIENTO DE SUELOS (Etche-vehere, 1976) basados en el SOIL SURVEY MANUAL (USDA, 1961, 1974).

La clasificación taxonómica de los suelos se basa en el sistema americano SOIL TAXONOMY (USDA, 1975). Dados que los análisis mecánicos disponibles no segregan, para algunas series, las fracciones 50-74 y 75-100 micrones sino que se determina sólo la fracción arena muy fina (50 100 micrones), en la determinación de la ciase por tamaño de partícula a nivel de familia se ha empleado el criterio de. considerar a la arena muy fina en dos mitades, asignando una a los limos y otra a las arenas.

Las tierras definidas en el mapa fueron ubicadas por su capacidad de uso en alguna de las ocho clases definidas en el sistema USDA (Kiúigebiel y Montgomery, 1961).

Figura Nº1
Localización de la Hoja Pozo del Molle

Figura Nº2
Situación Geográfica y División Política

AUTORES RESPONSABLES
COORDINACION Y SUPERVISION DEL RECONOCIMIENTO DE SUELOS:
Dr. Bahill JARSUN A. (1)
CORRELACION, REVISION GENERAL Y AJUSTES:
Geól. Eduardo M. ZAMORA (1)
RECONOCIMIENTO DE SUELOS:
Geól. Eduardo M. ZAMORA (1)
CAPACIDAD DE USO DE LAS TIERRAS:
Dr. Bahull JARSUN A.
Los datos analíticos fueron realizados en el Laboratorio de Suelos y Aguas de la SMAG y RR bajo la dirección de los Dres.:
Miguel A. SEREDA (2) y Jorge KAMERMAN (2)
Las condiciones Agroclimáticas fueron tratadas por:
Ing. Agr. Raúl DIAZ (1)
Colaboraron en el reconocimiento de suelos:
Geól. Hesmer BOSNERO (1)
Geól. Jorge OROPEZA
Agr. Orlando AYBAR
Colaboraron además en otras aspectos:
Inventario y medición de áreas:
Agro Eddy ROSSETTI (1) y Geól. Amaro ROMERO (1)
En tareas analíticas: Biól. Lucía ARTICO; Geól. Normando VALSANO; Tec. Quím. Aurora GARRIDO y Horacio PALAVECINO.
Dactilografía: Sra. Marta L. de Domínguez


(1) Técnicos de INTA
(2) Técnicos de la SMAG y RR

La Hoja 3363-4 "POZO DEL MOLLE" está comprendida dentro de la gran unidad geomorfológica denominada Pampa Plana ubicada en la parte central este de la Llanura Cordobesa. Está limitada el Oeste con la Pampa Alta o Plataforma Basculada y el Este con la Depresión del Arroyo Tortugas, separada por fallamientos profundos del basamento.

Este ambiente geomorfológico posee las siguientes cartacterísticas:

a) Relieve muy plano con gradientes regionales no mayores al 0,5% hacie al Este.

b) Materiales originarios de los suelos representados por potentes depósitos eólicos (Loess) de textura franco limosa.

c) Capa freática no muy profunda, de 1 a 5 m de manera que los "bajos" están afectados en mayor o menor medida por su presencia. Los suelos tienen cementaciones en profundidad, sodificación, salinización y/o problemas de drenaje.

d) Es constante la presencia de bajos alargados suavemente deprimidos que reconocen un evidente control estructural. El ancho oscila entre 100 y 300 m con relieve suavemente deprimido, orientados en dos direcciones predominantes (NE-SW y NW-SE) conformando una red de drenaje aparente de forma subrectangular. Estas líneas estructurales suelen funcionar como colectores actuales conduciendo las aguas de escorrentía hacia el este en la medida que coincidan aproximadamente con la pendiente regional, o bien, las llevan lentamente a sectores mas deprimidos donde se infiltran o evaporan. También pueden encauzar las aguas hacia los cursos permanentes de la llanura (Ríos 1°, 2° y 3°) en caso de favorecer localmente el gradiente.

e) En el límite occidental de esta unidad se abren en forma de abanicos las antiguas fajas o derrames de los ríos indicados por los efectos de una disminución de la pendiente regional. En ellas se encuentra una gran variedad de formas fluviales sedimentarias tales como paleocauces, albardones, planicies de inundaciones y derrames propiamente dichos. La textura de estos materiales es muy variable y van desde arenas gruesas a medias y gravas en los mismos cauces hacia texturas franco arcillosas en las depresiones.

f) El escurrimiento en las lomas y planos en general es lento y muy lento y hasta nulo en los pozos de infiltración y depresiones mayores.

Los fenomenos erosivos hidráulicos se manifiestan con muy poca intensidad por falta de pendientes importantes. Por otra parte, las texturas medias de los suelos (franca y franco limosa superficial) con buena estabilidad estructural atenúa la acción erosiva del viento.

La Hoja POZO DEL MOLLE se encuentra en el borde oriental de esta gran unidad (Vease Fig 3)

B2) Al Este de la Hoja: Lomas aplanadas de origen eólico con texturas franco limosas, complejos de suelos salino alcalinos, imperfecto a moderamente drenados. Además existen planos menores más deprimidos donde se intensifican los problemas edáficos generalmente vinculados a la capa freática.

Toda la unidad está atravesada por lineamientos estructurales que en este caso están mejor expresados en sentido WSW a ENE.

C) En el Noroeste: Area muy plana donde se repiten metódicamente la alternancia de lomas aplanadas con complejos de suelos salino alcalinos y líneas de escurrimiento con pozos de infiltración pequeños. El diseño de drenaje en este caso es NE-SW y NW-SE ubicándose los pozos de infiltración en la confluencia de estos lineamientos. Rodeando estas pequeñas cubetas se encuentran áreas intermedias ligeramente cóncavas.

El típico diseño de drenaje centrípeto lagunar está muy bien expresado y las aguas circulan por él muy lentamente produciendo anegamientos de corta duración.

C1) Sudoeste de la Hoja: Es una subzona relativamente más alta que la unidad anterior ubicada entre dos grandes ambientes fluviales. Los materiales originarios de los suelos de origen eólico han sido modificados ligeramente y redepositados por influencia fluvial. El drenaje en general es bueno a través de líneas extructuales que funcionan como vías de desagüe hacia depresiones cerca de los derrames fluviales.

E) Otra gran unidad geomorfológica está representada en la Hoja por depósitos aluviales en forma de fajas y derrames cubriendo porciones importantes. Son zonas deprimidas, en general los suelos tienen drenajes muy diferentes de acuerdo a la posición en el relieve y, conformando un intrincado patrón de distribución con problemas de alcalinidad dominante.

Estos ambientes están ubicados en dos grandes fajas, una de ellas se extiende de Oeste a Este por el Norte del mosaico 3 (Silvio Pellico) con un ancho medio de 8 km; próximo a la localidad de San Antonio de Iitín esta faja se bifurca siendo la parte Norte de mayor importancia que cruza el mosaico 2 (Ea. Leoncita) oblicuamente hasta el límite NE.

La otra gran faja entra bien al Sur tiene similares características fisiográficas, se ubica al Sur de la localidad de Silvio Pellico penetrando en la hoja 3363-10 BELL VILLE.

Estos ambientes representan sucesivos derrames de un pasado reciente del Río Tercero que ha “derivado” más hacia el Sur; su curso actual se encuentra a 30 km del límite de esta hoja a la altura de la ciudad de Bell Ville.

Cintra está situada en el límite Oriental de la vasta región semiárida del país, en la latitud de 38° 18’ S y en la longitud de 62° 07’ W.

Dispone exclusivamente de un puesto pluviométrico que funciona, con esporádicas interrupciones, desde 1915.

Al estar ubicada a 35 km al Norte de Bell Ville, Córdoba, se ha utilizado los registros térmicos de esta localidad para efectuar el balance hidrológico.

El régimen térmico de Cintra, se clasifica como templado pampeano, como consecuencia de que la temperatura media anual es de 16,5° C y la amplitud térmica media anual es de 14,5° C.

La situación continental determina extremos térmicos de significación: prueba de ello es que la máxima absoluta es de 43,5® C y la mínima absoluta 10° C. La manifestación de días con temperaturas máximas superiores a 35° C, comienza a mediados de Octubre y se extiende hasta mediados de Marzo. En este período cálido la demanda évaporativa del clima no es frecuentemente satisfecha por las precipitaciones ni por el c.ontenido de humedad de los suelos, como se verá en mayor detalle en el análisis de las condiciones hídricas. El período medio libre de heladas es de 256 días, siendo la fecha media de primera helada, el 21 de Mayo ± 16 días y la fecha media de última helada, el 6 de Setiembre ± 24 días.

El total anual de lluvias, promedio de 40 años (1916-55), es de 824,5 mm. Exist«» una marcada concentración de las precipitaciones ert el período cálido del año, ya que el 73 °/o del total anual se registra desde Octubre a Marzo. Esta característica determina que el régimen pluviomètrico de Cintra deba considerarse como régimen monzónico.

El grado de variabilidad de los totales mensuales de lluvia es marcado. Este hecho determina que, la validez de los promedios mensuales de lluvia sea relativa. Manifiesta variabilidad, exhiben las precipitaciones mensuales del semestre frío. En contraposición, los totales mensuales de lluvia de Octubre hasta Marzo relativamente menos variables. El carácter errático de las precipitaciones a lo largo del año, es una de las causas principales que determina la manifestación" de deficiencias hídricas en los cultivos. (Ver Cuadro 1 y Gráfico 1 )

Cuadro Nº1
CARACTERISTICAS DEL REGIMEN PLUVIOMETRICO DE CINTRA.
PERIODO 1916-1955

Gráfico Nº1
DISPERSION DE LOS PROMEDIOS DE PRECIPITACION DE POZO DEL MOLLE

El análisis de las condiciones hídricas del suelo zonal de Cintra se efectuó mediante el balance hidrológico seriado, para el período 1916-1955. (Gráfico 2).

Este tipo de balance hídrico reemplaza con ventajas al balance - hidrológico medio. Este último carece de representatividad, ya que uno de los parámetros involucrados en su cálculo es el promedio mensual de lluvias, del cual se ha cuestionado su validez en un punto anterior.

El balance hidrológico seriado consiste en el encadenamiento de los balances anuales, desde Enero de 1916 hasta Diciembre de 1955.

Los parámetros derivados del balance seriado, es decir almacenaje de agua en el suelo, excesos y deficiencias hídricas, pueden ser, por consiguiente, caracterizados por el análisis de distri bución de frecuencias. (Cuadro 3 y Gráfico 3).

El análisis del contenido de agua en el primer metro de perfil del suelo zonal se ha realizado en función de la disponibilidad hídrica para los cultivos. Por lo tanto, se ha considerado que niveles de agua edáfica superiores a 210 mm (6 °/o de la capacidad de campo, 350 mm) de agua total, son favorables para el crecimiento y desarrollo de cultivos y pasturas.

Primavera y Otoño son las estaciones en que las disponibilidades hídrlcas cuentan con mayor probabilidad de ser adecuadas. Este hecho es producto de la situación predominantemente de equilibrio entre lluvias y evapotranspiracíón potencial.

En Invierno, la disminución, cuantitativamente más acentuada de las precipitaciones en relación a la evapotranspiración, unido a la erraticidad de las lluvias, determinan un incremento en la frecuencia relativa de situaciones desfavorables para los cultivos.

En verano, el incremento relativo de la evapotranspiración potencial no resulta cubierto por aumentos consiguientes en las precipitaciones y, si bien en Diciembre y Enero el contenido de agua en él suelo puede paliar las deficiencias hídricas, esto ocurre en Febrero, mes en que sucede la mayor frecuencia relativa de condiciones desfavorables. En Febrero, se presentan condiciones desfavorables para los cultivos, en cuanto a disponbilidad hídrica, uno de cada dos años (50% de los años).

Asimismo, pueden analizarse las frecuencias relativas de excesos y deficiencias hídricas como índice del abastecimiento de agua almacenada en el suelo como recurso complementario de las lluvias, en cuanto a cubrir las necesidades de agua para los cultivos y pasturas.

Los excesos hídricos están vinculados a situaciones en que los totales mensuales de precipitación superan a los similares de evapotrans-pifación potencial, circunstancia que determina un incremento en el, almacenaje de agua edáfica hasta un valor extremo, representado por la capacidad de campo; a partir de este valor, todo excedente no es almacenado en el suelo, y sin discriminar si se trata de agua de escurrimiento superfici ) o t!e drenaje, se los• considera como exceso hídrico. Lógicamente en Cintra la frecuencia relativa de excesos hídricos es reducida aún cuando debe destacarse que los meses de Enero, Octubre y Noviembre cuentan con una frecuencia de excesos hídricos significativos (más de ti mm), del orden de 13 ? : ' >

Este aspecto está vinculado a la probabilidad de ocurrencia de totales de precipitación en esos meses considerablemente superiores a los correspondientes de evapotranspiración potencial.

Los déficits hídricos son más frecuentes en los meses de Diciembre, Enero y Febrero, en estos meses las deficiencias de agua acentuadas (mayor a vj mm), son significativas, yaque se presentan uno cada tres años.

Mayo, Junio y en especial Agosto, cuentan con una elevada frecuencia relativa de deficiencias hídricas leves (no mayores a 20mm), con una ocurrencia probable de uno cada dos años.

Predominancia de las situaciones de equilibrio entre recursos hídricos (lluvias mas aporte de agua edáfica) y requerimientos hídricos (evapotranspiracion potencial), se registran en los meses restantes.

Cuadro Nº2
FRECUENCIA RELATIVA (en %) DE CONDICIONES HIDRICAS FAVORABLES Y DESFAVORABLES PARA LOS CULTIVOS

Gráfico Nº2
Balance Hidrológico según Thomtwaite en CINTRA (Serie 1916 - 1955)

La disponibilidad de agua en el suelo constituye el factor limitante primordial de la productividad de los cultivos del área.

El cultivo de maíz es aleatorio en Cintra, ya que la floración coincide con registros térmicos elevados y un significativo déficit hídrico en el suelo. El sorgo granífero, por su mayor tolerancia a la sequía ambiental, presenta una mejor adaptación a las condiciones bioclimáticas adversas del verano, hecho que se traduce en rendimientos aceptables y seguros. El cultivo del girasol sembrado en Diciembre cuenta con escasas probabilidades de éxito por su inadecuada época de siembra y es inconveniente en el esquema de rotaciones agrícolas, por ser depresor de la fertilidad del suelo.

Los cereales otoño-invernales, sí bien enfrentan condiciones hídricas más benignas, pueden ser mermados sus rendimientos y su calidad comercial por las heladas tardías en Octubre, durante la espigazón y elevadas temperaturas en Noviembre, duarante la madurez. Las condiciones bioclimáticas son mas favorables para la producción de materia verde. Una de las especies más empleadas como recursos forrajeros es la alfalfa. Su crecimiento es interrumpido durante el invierno a causa de las bajas temperaturas y durante la sequía estival. Los verdeos otoño-invernales y el heno de alfalfa cubren los requerimientos de forrajes en invierno. Los sorgos forrajeros proveen una alta producción de materia verde como pastoreo directo o cvomo pastoreo diferido a comienzos del otoño.

Desde antiguo, caracterizados botánicos y naturalistas se han ocupado de la vegetación nativa de la región a la cual pertenece la Hoja POZO DEL MOLLE.

Así PARODI (1964) la ubica en la estepa pampeana, distrito subchaqueño, cuyo límite sur sería el río Carcarañá, dicho autor aclara que "posee la vegetación herbácea del Chaco y salvo la falta de árboles, es notablemente semejante a la zona oriental de aquel territorio fito-geográfico”.

Recientemente CABRERA (1971) puntualizó el hecho que la “provincia del espinal” rodea en forma de arco a la “provincia pampeana” en el sector de los 31° de latitud sur; es por ello que se observan ejemplares de especies arbóreas de tipo xerófilo del “distrito del algarrobo” introducidos dentro -del área más húmeda de la “provincia pampeana”.

RAGONESE (1967) repite esta delimitación geográfica. Debe aquí remarcarse que se trata de una región profundamente alterada por el hombre, particularmente desde que la colonización agrícola tomó impulso en la última década del siglo pasado. En la actualidad es casi imposible hallar comunidades vegetales intactas: el desmonte, el fuego y el arado han alterado irreversiblemente la vegetación nativa aún en campos de inferior calidad, que son los menos modificados, como así también el área vecina a vías férreas.

En su lugar, existen cultivos agrícolas (sorgo, trigo, maíz, girasol, etc.) y pasturas particularmente basadas en la alfalfa, acompañadas por gramíneas exóticas (Festuca alta, Pasto ovillo, Falaris bulbosa, etc.) o tolerantes a las condiciones edáficas existentes (Agropi-ro alargado, tréboles de olor amarillo y blanco) y diversidad de malezas.

Originariamente, en las porciones de paisaje con relieve positivo, dominaban el “pasto miel” (Paspalum sp.), Panicum sp., Setaria sp., etc.; en cambio las “flechillas” (Stipa sp.) y Piptochaetium sp., Poa sp., eran mucho menos frecuentes, aumentando su difusión hacia el este y sudeste (PARODI, 1964).

El valor forrajero de estas pasturas se vio acrecentado por la naturalización y difusión de especies tales como el “raigrass” (Lolium multiflorum), trébol blanco (Trifolium repens). trébol de carretilla (Medicago sp.); también se difundieron especies como las “gramillas” (Cynodon sp.) y “pasto puna” (Stipa brachy-chaeta), que son malezas en cultivos anuales y plantas tóxicas para el gando las primeras y enemiga de la alfalfa la segunda.

En áreas de paisaje ligeramente deprimido y “de cañada” con diferente grado de saliniza-ciórt y alcalinidad, aparecen especies del género Distichlis, llamadas comúnmente “Cola de muía” o “Pelo de chancho”; Poligoun sp.. Atriplex sp. y aún una leguminosa como Melilotas indicus.

En este tipo de campos y extendiéndose a las áreas con suelos normales, se observan malezas muy agresivas como “morenita” (Ko-chia scoparia); “sunchillo” (Wedelia glauca); “cebollín” (Cyperus rotundus), etc.

Por su importancia económica, deben mencionarse también otras especies que se comportan como malezas, tales como: “sorgo de alepo” (Sorghum halepense); “nabos” (Brassica campes-tris); “quinoa” (Chenopodium sp.); “chamico” (Datura ferox); “cien nudos” (Polygonun aviculare); “cordos” diversos (Cynara sp., Sily-bum marianum, Carius sp.); “abrojo” o “abrojo grande ’ (Xanthium cavanillesii); “capiquí” (Ste-llaria media); “enredadera europea” (Convolvulus arvensis); “hinojo” (Foeniculum vulgare var. capillaceum); “yuyo colorado” (Amaran-thus hibridus var. quitensis); “yerba del sapo” (Marrudium vulgare), etc. (MARZOCCA, 1957).

Con respecto a especies arbóreas y arbustivas, es conocido que en la región pampeana no hay naturalmente árboles que, sin embargo, pueden adaptarse sin mayores problemas si son plantados por el hombre.

Dada la vecindad con el “distrito del algarrobo” ya mencionado, aparecen ocasionalmente relictos de “algarrobos” blancos y negros (Prosopis SP-); “tala” (Celtis spinosa); “chañar” (Geof-froea decorticans); “espinillo” (Acacia caven), etc.

Entre las especies arbóreas introducidas por el hombre y de buen comportamiento en la región, citamos el “paraíso” (Melia Ázedarach), importante en el pasado por no ser atacado por la langosta; “eucaliptus” (Eucaliptus viminalis, generalmente); “acacia blanca” (Rolinia pseudo-acacia); “olmo” (Ulmus pumilia, frecuentemente); “casuarina Cunninghamiana); “álamos” (Populus sp.).

En este capítulo se dan a conocer las características de los suelos que se han identificado en la hoja 3363-4 (POZO DEL MOLLE) y se describen todas las unidades cartográficas señaladas en las fotocartas. Dichas fotocartas llevan sobreimpresos límites y símbolos que corresponden a las llamadas unidades cartográficas o de mapeo de suelos.

Cada unidad cartográfica representa una agrupación de suelos relacionados geográficamente.

Un grupo homogéneo de suelos desarrollados sobre un mismo material originario y donde la mayor parte de sus características son similares entre sí, constituyen una serie de suelos. Dentro de cada serie sé admite una gama de variaciones en sus características, pero en general ’os suelos de una misma serie son muy semejantes entre sí. Cada serie de suelos se identifica con un nombre tomado de alguna localidad, paraje o estancia de los alrededores del lugar donde dicho suelo se halla mejor representado o fue primeramente estudiado. La serie es la más pequeña de las unidades taxonómicas del sistema de clasificación empleado.

Si bien los suelos de una misma serie son prácticamente similares en todas sus propiedades y características, dentro de un área cartografiada como perteneciente a una misma serie se pueden observar sectores cuyos suelos posean alguna propiedad externa o interna que difiera de lo que se tiene por “normal” para la serie. Por ejemplo, una misma serie puede ofrecer diferencias cuando sus perfiles están ubicados dentro de una línea de escurrimiento temporaria (fase más anegable) en lugar de una planicie más elevada o tienen un grado de drenaje diferente al normal. Cuando se estima que las diferencias observadas pueden afectar el uso potencial y requerir un distinto manejo, a esos sectores se los distingue y separa en el mapa como fases de la serie respectiva. En la hoja POZO DEL MOLLE son comunes las fases por drenaje, anegamiento, alcalinidad y salinidad.

En las cuatro fotocartas de esta hoja todas las unidades cartográficas corresponden a complejos de suelos compuestos por dos o más series diferentes que no pueden ser representadas individualmente debido al patrón muy intrincado de distribución- Se advierte además al lector que en un complejo formado por suelos bien identificados se puede encontrar un 10 o 15% de inclusiones de suelos menores.

En la mayoría de los casos los complejos se identifican por el nombre de la serie que lo integra en mayor proporción o de más amplia difusión geográfica en toda el área, agregando subíndices de numeros cardinales a las sucesivas variaciones. En caso de no identificarse con precisión la totalidad de los suelos integrantes de una unidad, se indica su porcentaje como suelos no determinados expresando en lo posible alguna caractéristica elemental de los mismos.

En el punto 3.2 se procede a señalar los rasgos distintivos y las características que identifican a cada una de las series reconocidas en el área de esta memoria. En la descripción de cada serie de suelos se indican en primer término la secuencia de horizontes que la caracteriza, las propiedades internas y algunas características externas del suelo, la posición que suele ocupar en el paisaje y, entre otras condiciones su drenaje naturtal. A continuación se presenta la descripción técnica de un perfil típico de la serie con los datos analíticos respectivos destinados especialmente a los técnicos que se interesen por una información más exhaustiva de la serie. La clasificación taxonómica de los suelos descriptos en el punto 3.2 se consigna en el cuadro 4. En el se ubica cada suelo en las diversas categorías del sistema empleado.

Seguidamente, en el punto 3.3 se describen las unidades cartográficas ocrapuestas que integran la totalidad de ris ¡ri' 'orntas ck esri hoja. Aquí se establecen las caiaciensfieas del paisaje, los suelos que ío iriegmii. los porcentajes estimados paia cada una de las senes y breves consideiaciones sobre la aptitud para el uso, tales como las referidas a los problemas em rivados de las características dess&vomoles ce. Suelo como el grade de .ruegamurrio, el drenaje, alcalinidad, etc.

La estimación del porcentaje de superficie que cubre cada suelo dentro de un complejo es de suma utilidad para establecer la capacidad de uso válida para toda la unidad compuesta, de acuerdo a las capacidades de uso individuales de cada suelo integrante. Esto adquiere mayor importancia en los casos de unidades integradas por suelos de aptitudes apropecuarias muy dispares, como sucede cuando un complejo está formado por suelos arables aptos para agricultura y suelos alcalinos, muchas veces inepto para cultivos de cosecha.

Las referencias de orden utilitario e interpretativo de todas las unidades mapeadas se hallarán en el capítulo IV donde se consigna la clasificación por aptitud de cada unidad.

En cuanto a la distribución geográfica de las unidades reconocidas, éstas aparecen en las fotocartas identificadas por medio de sus respectivos símbolos. En la Guía de Unidades Cartográficas, se consignan dichos símbolos, los nombres de las unidades y la superficie en hectáreas y en porcientos que corresponden a cada unidad.

Cuadro Nº4
Clasificación Taxonómica de los suelos de la Hoja POZO DEL MOLLE

Figura Nº4
Distribución general de las principales Unidades de Suelos
Hoja 3363-4 POZO DEL MOLLE

Referencias:
1. Complejo de suelos salino alcalinos de las series La Salada, San Francisco de Asís y otros suelos loéssi-cos o fluviales alcalinos.
2. Serie Chilibroste (moderadamente alcalina) asociada a las series San Antonio de Litín (ligeramente alcalina). El embrujo (moderadamente alcalina) y Santa Elena (fuertemente alcalina).
3. Complejo de suelos fuertemente alcalinos-salinos de las series Chilibroste, San Francisco de Asís, La Salada con la serie Noetinger en escaso porcentaje.
4. Serie Chilibroste asociada a las series El Candil, El Puma, Noetinger y San Antonio de Litín.
5. Complejo de series La Sara y otros suelos menores fluviales alcalinos.
6. Serie Silvio Pellico y suelos asociados.
7. Serie Cintra asociada a series Noetinger, Chilibroste y otros suelos alcalinos.
8. Series El Puma, Noetinger fase moderadamente bien ■ drenada y San Antonio de Litín.
9. Complejo de series Cintra asociada a suelos de las series Noetinger, Chilibroste, El Chajá y Santa Elena.
10. Complejo de series El Puma, el Chajá, Noetinger y suelos asociados.
11. Complejo de serie El Candil asociada a las series El Chajá (ligeramente alcalina), Villa Francisca (moderadamente alcalina) y otros suelos fuertemente alcalinos.
12. Serie Sacanta, fase salina fen profundidad de la misma serie, La Playosa y otros suelos asociados.
13. Complejo de series El Candil con suelos salino alcalinos de las series El Chajá, Villa Francisca y otros suelos asociados.
14. Complejo de suelos aluviales integrado por las series: Arroyo Acequión, Ea. San Pedro (partes altas), Ea. Adelaida, Saira, La Primavera (partes intermedias) y Alto Alegre, Villa Francisca (partes bajas fuertemente alcalinas).
15. Complejo fuertemente salino alcalino de las series Laguna Las Liebres, Laguna Blaizot y San Antonio de Litín con otros suelos asociados.
16. Series Sacanta, Laguna Blaizot y La Playosa.